domingo, 13 de marzo de 2022

EL PRESIDENTE HA DESAPARECIDO


Jeremías Ramírez


Este título es un buen gancho de compra, pero lo es aún más el autor de este thriller político: Bill Clinton, el presidente (1993-2001) que causó un revuelo por un asunto de “faldas”, se diría eufemísticamente.

Cuando vi el libro el libro en una tienda de autoservicio me pareció peculiar que un presidente perseguido por el escándalo se aventurara a escribir una novela para mostrar las entrañas del poder del país más poderoso del mundo, pues el slogan publicitario en la portada dice: “El thriller que sólo un presidente podía escribir”.

Confieso que, aunque me interesaba echarle un ojo al epicentro en donde se toman las decisiones políticas más relevantes en este siglo XXI y saber qué mecanismos, qué intereses, qué poderes entran juego en tales decisiones, estuve tentado a dejarlo en su lugar. 

Sin embargo, dos cosas me motivaron a comprarlo: su precio: 69 pesos, y que lo hubiera escrito un presidente que había enfrentado un juicio político, pues Clinton enfrentó uno muy escandaloso por el affaire sexual que tuvo con su becaria: Mónica Lewinsky. 

Y era de mi interés porque la novela inicia con el ensayo del presidente John Duncan y su equipo para enfrentar el juicio político que este enfrenta por haber negociado en secreto con un terrorista turco sin informar al Senado.

Lo que nadie sabe (ni era conveniente saber en esos momentos) es que Duncan trataba de resolver, sin generar un caos, era el probable colapso del sistema norteamericano por la amenaza de un ataque cibernético devastador como nunca antes visto.

El caso, aunque ficticio, es muy interesante pues muestra que el internet es una nuestras debilidades modernas que puede dar al traste con todo lo logrado gracias a la tecnología y hundirnos en un atraso y caos tal que prácticamente estaríamos regresando a la Edad Media. 

Dice textualmente en uno de sus párrafos: “El motivo es la dependencia. Nuestra sociedad se ha vuelto completamente dependiente de la tecnología. El internet de las cosas; ¿están familiarizados con el concepto? Y toda esta conectividad nos vuelve más vulnerables a los programas maliciosos y los programas espía. Casi todas las formas sofisticadas de automatización, casi todas las transacciones que se efectúan en el mundo moderno dependen de internet. Lo diré de este modo (este es parte del discurso de Auggie): dependemos de la red eléctrica. Y sin electricidad reinaría el caos, porque la electricidad no se puede sustituir. Dependemos de algo que no tiene sustituto. Y eso mismo ocurre ahora con internet. Pero, ¿qué pasaría si todo dejara de funcionar?“. 

A lo largo de la novela se van sopesando los estragos que causaría el derrumbe del internet y del sistema cibernético mundial.

La pobreza de la novela es que este problema se resolviera muy al estilo de los superhéroes norteamericanos que logran casi solitos salvar al mundo y librar al mundo de un villanazo como el ciber terrorista turco, Suliman Cindoruk, quien había sido contratado por un grupo político de un país árabe para asesinar a su rey y al mismo tiempo colapsar al país más poderoso del mundo, y quedarse ellos el poder. 

El virus capaz de causar tal devastación es diseñado por una de las mejores ciber terrorista ucraniana (vaya coincidencia), Nina, y su compañero, Auggie. Su virus es tan especial que pese a ser detectado es prácticamente indestructible. 

Sin embargo, se arrepienten y tratan de contactar al presidente de los Estados Unidos para advertirlo, y si les brinda la protección para recuperar su modo de vida y su tranquilidad además de protegerlos de Cindoruk, ellos le ofrecerían la solución para destruir el virus. El presidente acepta, pero las cosas se complican. Y antes de que Nina revele el mecanismo de defensa es asesinada y por poco cae abatido el presidente Duncan y Auggie, en la reunión que han tenido en un partido de béisbol. Ambos se salvan gracias a la intervención del equipo de seguridad del presidente. 

Una vez a salvo ahora tienen la tarea de encontrar el mecanismo para desactivar al virus. Auggie les dice cómo es y cómo funcional, pero si Nina la tarea es prácticamente imposible. Ante tal panorama, la lucha contra el virus se vuelve una odisea en el que los minutos cuentan y la amenaza está a punto de cumplirse. Durante 36 horas un equipo de especialista y Auggie luchan para encontrar la solución.

La novela tiene un pulso emocionante que logra atrapar al lector, aunque algunas de las acciones rayan en la inverosimilitud. Pero como dije al principio siguiendo el molde de las películas de superhéroes, al final, ganan los buenos y el sol vuelve a brillar para la humanidad, cuya inmensa mayoría no se ha dado cuenta de bondad y sacrificio de los defensores de la humanidad: los Estados Unidos.

La novela remata con un discurso del presidente John Duncan ante el Senado donde defiende los valores y las aspiraciones de esta gran nación y llama a todos los políticos a dejar de jugar por el poder y entregarse por el bien de la humanidad... En fin, un discurso un tanto hueco en el que tratan de convencernos de que ellos sean los buenos, aunque intervengan países, promuevan golpes de estado, desaten guerras, acaparen recursos naturales… 

Una vez más, los políticos norteamericanos utilizando los medios de comunicación y expresión como instrumentos de lucha política.

Y esta manera de utilizar la comunicación como arma política la podemos ver en este momento en la actual guerra ruso-ucraniana, donde se libra una batalla quizá mucho más feroz en los medios de comunicación electrónicos. 

En suma: la novela “El presidente ha desaparecido” escrito por Bill Clinton en coautoría con el betsellero James Patterson, vale justamente lo que pagué por él: 69 pesos.




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