Por Jeremías Ramírez Vasillas
Libros y escritores recurrentemente
son protagonistas de muchas películas, incluso los clubes de lectura (El Club del pastel de cáscara de papa, Mike
Newell, 2018) o bibliotecas (como en El
nombre de la Rosa, Jean-Jacques Annaud, 1986) o, incluso, lectores (La historia sin fin, Wolfgang Petersen,
1984, La ladrona de libros, Brian
Percival, 2013). Pero nunca había visto que una librería fuese parte del eje
narrativo.
La
solvente directora española, Isabel Croixet, filmó en el 2016, la película La Librería. Una película en tono menor,
con un ritmo pausado, adecuado a la historia que quería contar. La película
está basada en la novela homónima de la escritora inglesa Penelope Fitzgerald
que narra una historia sencilla con un nudo dramático de poca intensidad pero
que va tomando fuerza a medida que avanza la historia.
Las historias que
filma Croixet generalmente versan sobre mujeres. En este caso, cuenta la
historia de una mujer, Florence Green, de edad madura que enfrenta
prácticamente sola un antagonismo desigual en su empeño por establecer una
librería en un pequeño poblado inglés, poco dado a la lectura.
Florence
Green es una mujer de mediana edad, alrededor de unos 50 años, viuda, amante de
los libros como lo fue su marido. Su marido falleció en combate cuando fue
enviado a la Segunda Guerra Mundial. La historia está fijada en el año de 1959.
Ahora que es
viuda y vive solitaria tiene un anhelo: establecer una librería en un pequeño
pueblo costero de Inglaterra: Hardborough, para lo cual invierte todos sus
ahorros en comprar una vieja casona y un buen lote de libros. Al inicio parece
que su único obstáculo son sus limitaciones financieras y el temor de que no
haya suficiente mercado para sostener el negocio. Si bien, antes de que abra
sus puertas, es invitada a una fiesta por el matrimonio Gamart, que son los
ricachones que ostentan el poder en ese pueblo. La invitación en realidad que
le hace la señora Violet Gamart (es la primera vez que ha sido invitada) tiene
como objetivo disuadirla de su empeño de establecer su librería, y sugerirle
que busque otro lugar, porque ellos quieren abrir un centro de las artes en la
vieja casona. Ella se niega y no le da importancia al comentario, pues no
parece poner en riesgo sus planes y sus sueños.
Finalmente
abre la librería y al contrario a los pronósticos de algunos habitantes del
pueblo, es un éxito. Pero sus ventas se incrementan notablemente cuando pone a
la venta un libro candente: Lolita,
de Vladimir Novokob. Como es un pueblo chico, ella duda si será bien visto el
libro y solicita consejo al único gran lector de la isla, el señor Brundish,
quien la anima a ponerlo a la venta. El éxito incentiva las llamas de la
oposición. La señora Violet eleva la potencia de su ataque. Con la ayuda de un
sobrino que está en el parlamento, implementan una ley sobre los edificios
históricos para que éstos puedan ser expropiados por el gobierno municipal para
abrir espacios culturales. Bajo esa argucia legal, logran acorralar a la señora
Green y obligarla a vender.
Solidaridad,
amistad, coraje, empeño, amor, rivalidad, maldad, envidia, odio, son los
parámetros emocionales de la película. A la iniciativa de la señora Green se
encuentra con dos buenos aliados: Christine, una niña de unos 12 años, que es
su ayudante, y el señor Brundish, su mejor cliente. Sus enemigos son casi todo
el pueblo que por temor se someten a la voluntad de la señora Violet Gamart, la
mandona del pueblo, que muestra sin recato su envidia y odio, dos emociones que
mueven su maldad.
La
librería es una película que poco a poco nos va atrapando hasta quedar
prendados de la historia. Es una película realizada con suma delicadeza y
precisión, virtudes que le ha permitido ganar varios premios internacionales y
el codiciado premio Goya de su país: España.
Su
directora, una mujer que ha logrado alcanzar un reconocimiento internacional
por su cine valiente que aborda historias de mujeres que entablan una lucha que
contra las fuerzas de una sociedad prejuiciosa, machista, explotadora.
Una
de sus películas que recuerdo y que me gustó mucho es La vida sin mí (2003) en la que Coixet narra la terrible vida de
una joven mujer (que trabaja como empleada de la limpieza en una empresa) que
tiene una enfermedad terminal. Esta mujer entabla una lucha desigual contra su
enfermedad no para buscar su cura (no hay remedio) sino para que su muerte no
afecte a su esposo e hija. Con pasmo vamos viendo como esta mujer empieza a
conseguir una esposa para su marido que funja además como una buena madre para
su hija. Busca además que tengan estabilidad económica y emocional.
En
La librería le interesa explorar los
límites en la lucha de una mujer para consolidar su sueño: su librería. No es
una empresa que busque el lucro sino un faro de luz para iluminar la ignorancia
de ese pueblo. De esa forma, ella se siente útil a su sociedad. Sin embargo,
pese al éxito del negocio gracias a su pasión, entereza y apoyo moral de
quienes simpatizan con ella, no se logra. La debacle empieza cuando su mejor
apoyo, el señor Brundish, sufre un repentino ataque al corazón después que se
enfrenta duramente con la señora Violet. Una vez sin apoyo, le aplican las
leyes de expropiación y le inventa un diagnóstico catastrófico que ello implica
que le puedan arrebatar sin pago o indemnización su librería.
Al
final hay una vuelta de tuerca bien configurada que hace que una historia de
derrota tenga un final inesperado de último minuto, la niña que ha contratado
como asistente decide ayudar a su amiga y expatrona con un golpe severo a la
señora Violet, un acto valiente viniendo de una niña que parece indefensa y
débil.
La
película me gustó mucho y la actriz inglesa Emily Mortimer hace una actuación
bien lograda, contenida, con un conflicto interno terrible, con rasgos finos de
belleza, que permite irnos involucrándonos emocionalmente con la protagonista.
Es una película muy recomendable a pesar de
que los libros no jugaron un papel mucho más relevante, porque sólo dos autores
tienen una mayor participación: Vladimir Nabokov: Lolita y Ray Bradbury: Farenheith
451 y El vino del estío.
La
película está disponible en la plataforma de streaming Netflix. Si usted tiene
este servicio, no se la pierda.
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