domingo, 8 de mayo de 2016

ARTE: CENICIENTA O PRINCESA


A raíz de los nuevos nombramientos y cambios en la dirección del Sistema de Arte y Cultura de Celaya, varias personas me han preguntado con cierta insistencia cuál es mi opinión de que hayan nombrado un político, si esto es apropiado. No he querido responder porque no tenía claridad. Aún no la tengo pero hay algunas ideas que rondan en mi cabeza.

Creo que la discusión no debe centrarse en si alguien es adecuado o no antes de considerar algunos aspectos fundamentales.

En PRIMER LUGAR, se deberá definir cuál es el papel del arte y la cultura en la sociedad. La respuesta definirá cuál debe ser la propuesta y cuál podría ser el mejor candidato, e incluso, cual el proyecto de trabajo.

1. Si para un gobierno es sólo un requisito que exige la federación y hay que cumplirlo, es obvio que las acciones estarán encaminadas en instaurar un centro de actividades sociales intrascendentes pero que justifiquen el gasto del presupuesto y para ello cualquier persona es apta.

2. Si se considera que las actividades de cultura son algunos cuadros que, como en las primarias, cierran un fin de curso, basta con elegir a un coordinar de festividades cívicas y convocar a todo aquel que quiera pisar un escenario, sin importar la calidad de su presentación.

3. Si se considera que el arte y la cultura deben ser actividades para generar dinero, entonces se debe buscar a un empresario de espectáculos que sepa como obtener rentabilidad, y convocar obras que han demostrado ser del gusto popular sin importar la calidad.

4. Si se considera que el arte y la cultura sólo son actividades recreativas para entretener a los niños los fines de semana o en vacaciones y darle ocupación a los viejitos, entonces una persona con formación de maestra de Jardín de niños es más que apropiada para implementar talleres de iniciación artística para que rellenen el ocio. Lo que para los niños es formativo, para los adultos se quedan cortas dichas actividades.

5. Si se considera el arte y la cultura son actividades para incentivar el turismo cultural, se requerirá alguien en cuyo perfil tenga algo de economista y degustador de las bellas artes, combinado con un mercadólogo, a fin de que sepa sensar las preferencias de un público objetivo y preparar un menú que atraiga la mayor cantidad de visitantes. Las actividades a desarrollar serán una mezcla de espectáculos populares con otros de calidad y calidad internacional, pero también puede permitir impulsar el desarrollo de artistas locales y actividades independientes que complementen el atractivo principal montado por el estado. En este esquema, es posible que todos ganen, pero el impacto social, el desarrollo social no siempre será de alto nivel, como sucede en ciudad turísticas en las cuales los espectáculos, especialmente los de calidad, son aprovechados por los visitantes pero lso locales viven al margen de este festín del arte. En todo caso, se desempeñan en el sector de servicios para atender a las visitas.

6. Pero si se considera que el arte es un detonante social, es decir, que es un factor de estimulación de la imaginación y un propulsor del desarrollo humano, entonces se requiere más que un artista y más que un político y más que un economista o mercadólogo. Debe ser alguien que tenga un enorme compromiso social y sienta pasión por la educación, por el arte, y sea poseedor de ciertas habilidades políticas para conducir los egos de los artistas, o aspirantes a serlo, que es mucha, y busque el mayor impacto con sus actividades,as cuales inlcusive tenga la capacidad de revertir los indicadores sociales negativos, como los índices delictivos, la tasa de suicidios, el uso de antidepresivos o sustancias estimulantes dañinas, es decir, que mejore la salud emocional, y además impulse el emprendeurismo social y empresarial, entre muchos otros. Sobre todo, que abra las espectativas para los sectores sociales desprotegidos.

En SEGUNDO LUGAR, especialmente para el último caso --aunque también es útil para los demás-- hacer un diagnóstico social, en donde se puedan ver con claridad las necesidades, los vacíos, las fortalezas, las oportunidades.

En TERCER LUGAR. Hacer un diagnóstico del potencial artístico de los habitantes de lugar (es decir, ubicar a sus artistas y medir su nivel de desaarollo y abrirles un abanico de acciones que responda a sus necesidades: cursos a unos, promoción a otros, vinculación a fondos nacionales o internacionales a los de mayor nivel), para que este ejército sea el principal promotor del arte en su área de influencia social y en los escenarios que se deberán habilitar para ellos. De esta forma, se matan dos pájaros de un tiro: se desarrolla a los artistas y estos a su vez ayudan a los artistas emergentes o crean públicos sensibles al arte.

En CUARTO LUGAR. Diseñar un plan de desarrollo a corto, mediano y largo plazo, en función del presupuesto y en función de las necesidades sociales (obtenidas en el diagnóstico social) y de las necesidades de los artistas locales, que permita alcanzar con eficiencia las diversas etapas, y se puedan comprobar los avances reales.

En QUINTO LUGAR. Elegir a un personal apropiado a cada área. Habrá que eliminar el amiguismo, aunque se contrate a amigos, pero cuya elección sea la apropiada para el puesto, y a parientes si así conviene al plan de desarrollo.

Para finalizar, comento que salvo los reyes y comerciantes del Renacimiento y algunos gobiernos europeos actuales, en general los gobiernos (especialmente los de los paises subdesarrollados como el nuestro) no entienden para qué es el arte y la cultura.

En el Renacimiento, urgidos de abrir las fronteras hacia los mercados orientales (donde estaban las codiciadas especias) y urgidos en desarrollar una tecnología capaz de permitirles afrontar y superar sus limitaciones (creación de mapas más exactos, instrumentos de navegación terrestre y marítimo, barcos más consistentes, máquinas primitivas para acelerar los procesos de producción, etc.) se dieron cuenta que fomentar el arte era el mejor mecanismo para incentivar la imaginación, esa imaginación tan útil en el desarrollo de la ciencia y la tecnología. La clave estaba en potenciar la imaginación. Ahí estaba la clave que podía resolver cualquier crisis actual.

Mientras nuestros flamantes gobernantes, locales o federales, no entiendan esto, el arte y la cultura seguirá siendo la cenicienta de la casa y no la princesa.

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