En qué momento
la casa de mi infancia dejó de ser mi casa
su patio grande
sus paredes tatuadas de humedad
sus vigas del techo, costillar de madera cruda, vértebras de una singular ballena
sus tabiques como dulces de amaranto
su gimiente puerta de madera,
su aroma a carbón a leche tierna
su danzante viento entre las tejas
son ahora rasgos del rostro de un extraño
de una tierra ajena
de un país de ignota geografía.
viernes, 9 de julio de 2010
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