domingo, 2 de mayo de 2010

PROMESAS PELIGROSAS


Los botaderos siguen dando luz. Hoy encontré en uno de ellos la última película de David Cronenberg (1943): Promesas peligrosas, o como dice su titulo original “Promesas del Este”.

Es una película que se aparta de sus temas de obsesión: la modificación de la carne. Pero no del todo pues en los escasos momentos en que se mete con el cuerpo, aparte de mostrarlo muy explícitamente, lo modifica ya sea a través del tatuaje o de la mutilación. Es decir, la violencia está presente en esta cinta.

La película trata de un tema harto abordado en el cine: las mafias y su poder de violencia, y particularmente la mafia rusa. Sin entrar en el lugar común sobre las mafias, el usa como hilo conductor a una ginecóloga (partera dicen en la película), encarnada por Naomi Watts en un papel bastante aceptable. Una adolescente rusa embarazada llega a su clínica en un estado gravísimo: un derrame sanguíneo la pone al borde la muerte. Los médicos salvan a la niña pero no así a la muchacha. No saben nada de ella, sólo su nombre. La doctora, al revisar las ropas de la muchacha encuentra un diario escrito en ruso. Ella es origen ruso, pero no habla el idioma y su tío se niega a ayudarle a traducir el diario. Los pocos datos que logra captar la llevan a un restaurante exclusivo comandado por un ruso dirigente de la mafia en Inglaterra, y quien se ofrece a traducirlo. El diario denuncia actos violentos e ilegales de dicha mafia y del hijo del dueño del restaurante, lo cual involucra de alguna forma a la ginecóloga con la mafia.

El drama está bien montado narrado con una cámara sumamente explicita sobre actos terribles de violencia: asesinatos, mutilaciones, venganzas, sin regodearse en ríos de sangre, lo cual hace la película aun más dura y cruda. No llega a niveles de violencia y gore de cintas como Crash o Videodrome o Scanners, películas sumamente violentas, inclusive La mosca.

David Cronenberg es una de mis cineastas favoritos, a la par que David Lynch, que descubrí en mis primeros pasos como crítico de cine. En un pequeño video club de Celaya, allá todavía en la época los videocasets beta, encontré gran parte de la filmografía inicial de este cineasta. Desde entonces he seguido la pista. Y en esta ocasión no iba a desaprovechar la oportunidad de llevarse la más reciente de sus películas.

Es interesante el manejo de la elipsis de un modo dramático preciso: hace que la película avance y forja un suspenso bien montado. El final, que no les contaré, pareciera que iba a caer al ligar común, pero su última imagen deja un tanto desconcertado al espectador.

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