viernes, 6 de agosto de 2021

ARSÈNE LUPIN: CABALLERO LADRÓN Y HERLOCK SHOLMES


Jeremías Ramírez

Los lectores descubrimos los libros de diversas maneras: a través de un anuncio publicitario, de un programa de radio o televisión sobre literatura; por la recomendación de un amigo; o que un maestro deje de tarea leer un libro (así descubrí muchos en mis clases de literatura en la prepa); o los descubrirnos en algún puesto de periódicos; o si entramos en una librería ni se diga: ahí lo que llama la atención es el diseño de la portada o un título que nos suena interesante o un autor que ya hemos escuchado o hemos leído… O bien, cuando vemos una película y en los créditos descubrimos que esa historia que nos fascinó provino de un libro.  Son tantas las maneras en que un libro nos sale al paso.

Las aventuras de ArsèneLupin se me presentaron por primera vez a través de la enorme cara negra de Omar Sy, actor, humorista y comediante francés de ascendencia senegalesa y mauritana, protagonista del personaje principal en la serie francesa de televisión Lupin que se está exhibiendo en Netflix. 

Quizá no lo hubiera descubierto si en la serie no hubiera iniciado con la imagen de la pirámide cristal de El Louvre, para dar paso en la siguiente toma al interior del museo donde vemos a un grupo de trabajadores nocturnos limpiando las salas. La cámara se acerca a uno de ellos: un hombre alto fornido y de piel oscura que detiene su labor para contemplar un collar que está en exhibición. Hasta ese momento yo no conocía a Omar Sy ni a ArsèneLupin. El actor personificaba al personaje principal: Assange.

Pronto descubrí que este hombre no era sólo un trabajador sino quizá un potencial ladrón, pues le propone a un grupo de mafiosos robar el collar que pronto será subastado en el museo. Para convencerlos les detalla un plan que los convence. 

Detuve entonces el capítulo y lo cerré. No quería ver una historia de ladrones. Vivimos en un país donde el crecimiento de la delincuencia ha hecho del robo un flagelo que nos acosa todos los días. Pero días vi en internet un artículo de una revista digital que exaltaba la serie. 

Así que, confiando en los articulistas, le di el beneficio de la duda y volví a ver un poco más de ese capítulo. ¿Realmente era buena la serie o el artículo era mera propaganda? Sin embargo, la manera tan inteligente de llevar a cabo el robo me gustó mucho, me divirtió y decidí ver toda la serie. Quería ver como este personaje iba a seguir cometiendo sus fechorías con artilugios inteligentes. La inteligencia en acción siempre ha sido para mí tan atractiva y seductora que no me resisto, aún cuando esta sea puesta al servicio del delito.

En el segundo capítulo apareció un libro desconocido para mí. Sucede que Assange, como ladrón, tenía como fuente de inspiración las narraciones de ArsèneLupin, el caballero ladrón, un supuesto ladrón inteligente y bueno que robaba para beneficiar a los pobres. Es decir, una especie de Robin Hood o Chucho el roto, francés.

¿Cómo era que nunca había oído sobre este personaje, sobre todo cuando investigué y descubrí que en Francia se le rendía culto al autor y que cada año se celebraban los lugares emblemáticos de las novelas? Y escribí bien: novelas, pues su autor, Maurice Leblanc había escrito nada menos que 20 títulos alrededor de ArsèneLupin, y yo sin saber nada, absolutamente nada, de este personaje. 

En una rápida investigación sobre el autor encontré que era un novelista y escritor francés de relatos cortos que nació en el seno de una familia rica. Su padre era un rico armador de barcos establecido en Ruan. En 1904 Pierre Laffite, director de Je sais Tout (Lo sé todo) le encargó un cuento para su revista recién fundada. Maurice aceptó el encargo y al poco tiempo le entregó un original titulado: “El arresto de Arsène Lupin”, que aparece en el primer libro de la serie. Según Leblanc este era el único cuento que tenía planeado de Lupin. Sin embargo, el personaje le causó una fuerte a impresión a Pierre Laffite y animó a Leblanc a desarrollar al personaje.

Yo no quería leer toda la serie sino sólo el primer libro, el que aparece en la serie de Netflix, pues es el libro que le regala su padre a Assange cuando este es un adolescente, poco antes de ser acusado de robo que deriva en una tragedia que marcará a Assange para siempre. Y luego Assange se lo regala a su hijo. 

Cuando vi que en el segundo aparecía Sherlock Holmes, uno de los personajes que me fascina, compré los dos.

Yo pensé que dado el culto que en Francia se le rinde a Leblanc y a Lupin me iba a encontrar a un personaje tan inteligente como Assange como Sherlock Holmes, pero oh, sorpresa. 

La primera novela, Arsène Lupin, caballero ladrón, está compuesto por una serie de relatos o de cuentos, sin más unión entre ellos que una débil relación. Inicia cuando Lupin viaja en un barco y les llega un telegrama de que en ellos viaja el famoso ladrón. Por más que tratan de indagar quién es —pues saben que es el amo del disfraz— no logran localizarlo, sino hasta que llegan al puerto y es apresado por su archi enemigo, el inspector de policía, Ganimard. 

En este relato no hay nada espectacular ni ingenioso. Luego la cosa mejora en el siguiente capítulo pues logra evadirse de la cárcel a través de ingenioso juego de disfraces y de dobles personas que se hacen pasar por él. 

La siguiente historia sube de interés cuando Lupin se roba el collar de la reina y se vuelve añun más interesante en el siguiente capítulo: “El siete de corazones” en el que el Lupin logra descifrar un ingenioso mecanismo que utilizan unos ladrones y estafadores para ocultar los planos de un barco revolucionario en su tecnología. Aquí parece más bien un investigador policial que un ladrón ingenioso. 

El libro cierra con un relato que anuncia la continuación de la serie: la aparición del famoso investigador privado Sherlock Holmes. 

Como Maurice Leblanc, el autor, tuvo problemas con los derechos de autor con Arthur Conan Doyle, el autor de Sherlock Holmes, se vio obligado a cambiarle el nombre. Pero no se esforzó mucho: le bastó cambiar de sitio la S del nombre al apellido, de modo que quedó de esta forma: Herlock Sholmes. 

En este último relato se da el primer encuentro entre estas dos mentes brillantes. Pero Herlock llega tarde, y no logra capturar al famoso ladrón, el cuál era el objetivo de que Ganimard.

En la segunda novela los capítulos que la integran ya no parecen relatos independientes pegados a fuerza, aunque conservan cierta característica del cuento pues concentra la acción y cierra cada capítulo con un final contundente como si fuera un cuento, pero deja algunos cabos sueltos que le permitirán ir enganchando, como vagones, los siguientes. Esta novela es mucho más interesante que la primera. Aquí el investigador inglés será coprotagonista de Lupin en un intenso conflicto de juegos de inteligencia en el que Sholmes busca atrapar a Lupin, y éste en derrotarlo de tal forma que nunca más vuelva a invadir sus territorios.

Lo que me pareció un tanto extraño es que esta segunda novela iniciara desde el punto de vista de Lupin y luego se pasa al de Herlock y así mantiene la narración hasta el final. Pareciera un libro de Sholmes más que de Lupin, aunque la balanza en el conflicto la inclina definitivamente a hacia su personaje. 

La lucha entre ambos inicia desde el primer capítulo y se mantiene hasta el final y, a diferencia del primer libro, aquí Lupin es un personaje mucho mejor consolidado que sí hace gala de una inteligencia sobresaliente, la cual le permite poner en jaque al famoso investigador inglés.  

Quizá aquí cabría la pregunta: ¿con qué me quedo? ¿Con la serie o los libros? ¿Es mejor la serie literaria o la serie televisiva? 

A mi juicio la serie es mucho mejor, a pesar de que Assange no es Lupin, sin embargo, como émulo suyo, como reencarnación, como personaje, Assange es mucho más habilidoso y escurridizo que su maestro de papel.

Si bien Assange comete ciertas torpezas que provocan que lo vayan cercando, su sagacidad se logra sobre poner a las circunstancias.

¿Qué recomiendo? Para tener el contexto que impulsa a Assange es importante leer los libros (o al menos el primero) para entender los motores que mueve a Assange pues la serie no es una adaptación de las novelas sino inspirado en ellas desarrolla un personaje singular y cuyas aventuras en nada tienen en común con las novelas. Es decir, cuentan historias diferentes, aunque se me hizo más intensa la serie televisiva.

Recuerde que la literatura, a diferencia del audiovisual que corre muy rápido, va a paso lento permitiendo profundizar en los personajes para sentir apatía o repulsión, de modo que hay una mayor familiarización del lector con el personaje, con los ambientes, con sus relaciones sociales.

Yo, a pesar de que me gustó el segundo libro, creo que no seguiré leyendo los demás libros de Leblanc. Lupin con todo no está a la altura de Sherlock Holmes, así que me quedo con el personaje inglés.

Mi última recomendación: disfrute los ladrones imaginarios, pero cuídese de los de carne y hueso. Estos últimos, sobre todo en México, no juegan con la inteligencia sino con la brutalidad. 


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