sábado, 5 de marzo de 2011

PRESUNTOS CULPABLES



Esas son las autoridades judiciales de nuestro país (además de presuntos zoquetes). En 1922 Lenin, cuando ya había logrado restablecer la paz tras la revolución que encabezó, dijo: “El cine, de todas las artes, para nosotros la más importante”. Él había seguido el impacto social que producían películas como El nacimiento de una nación de Griffith, que hizo que renaciera el Ku Kux Klan, y visto lo que el cine le ayudaba en la propagación de sus ideas en la naciente URSS. Y por ello impulsó al cine y lo convirtió en su motor ideológico.
El cine, a pesar de la trivialización que ha hecho Hollywood (acabamos de ver el circo de los Óscares), tiene un potencial que de vez en vez se deja sentir. Sus inventores, los Lumiere, vieron su poder de atracción y se expandieron por el mundo con sus oficinas y unidades de filmación que recorrían el mundo y lo llevaban a Paris y viceversa. El cine, con ellos, se inauguró como una ventana al mundo. Y ávidos, los espectadores, iban a sus proyecciones a ver como era el mundo en otras partes, o como eran ellos mismos.
Desde hace algunos años hemos visto el crecimiento del cine documental (arrinconado por mucho tiempo como cine escolar, educativo, propagandístico o informativo noticioso), crecimiento que se genera por la misma razón que descubrieron los Lumiere: la avidez de la gente por asomarse a su realidad. De ahí el éxito las película de Michael Moore (Fahrenheit 9/11), entre muchas otras.
En México, una cámara de cine se ha internado como aparato de laparoscopía en los intestinos de la justicia mexicana y ha puesto al descubierto una descomposición escandalosa. Ya lo sabíamos, pero no así de brutal y en conjunto.
Los afectados obviamente no se iban a quedar con los brazos cruzados, pero se vieron lentos: dejaron que pasaran muchas semanas de promoción. Y ahora ya no podrán detener el fenómeno. Es más, se han convertido en sus mejores impulsores. Y la piratería (que ha crecido al amparo de la impunidad, es decir, por fallos en el sistema de justicia), en el caso de progresar su veto, será el arma que les aseste el golpe letal: los múltiples tentáculos de este pulpo serán como autopistas donde este documental correrá para llegar a los ojos de muchos mexicanos que, como dice el evangelio: “tienen hambre y sed de justicia”. No confundir lo legal con la justicia. Esto es precisamente lo que muestra esta película, que nuestra legalidad lejos está de la justicia.

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