Por Jeremías Ramírez Vasillas
Dice Oscar del Borbolla en su libro Filosofía para inconformes: “Bastaría con que en la historia
hubiese habido una sola guerra, con que una sola vez se hubiese usado la razón
como estrategia de exterminio, para que la humanidad completa mereciera el
desprecio, para que el género humano sin excepciones, estuviera bajo sospecha,
provocara náuseas y para que desconfiáramos de todos, incluso de nosotros
mismos. Una sola vez: un único contubernio de la razón con la violencia sería
suficiente para probar la degeneración de la esencia del hombre”.
Desafortunadamente,
como afirma el mismo Borbolla en este libro, la historia de la humanidad está
llena de ejemplos sangrientos, de situaciones de barbarie escandalosa, de actos
de profunda y nauseabunda crueldad, de modo que hay muchos motivos para
sospechar de la raza humana y pensar que no hay má
Pero al
mismo tiempo encontramos muestras de heroísmo, de entrega, de sacrificio por el
prójimo que hace que renazcan esperanzas para el destino humano.
Sensiblero
que soy, son las película donde se
muestra la bondad humana la que me atrapan, las que me conmueven y me lleva a
compartirlas.
Tal es el
caso de la película La vida de los otros
(Alemania, 2006) la cual, a pesar de que la ganó el Óscar a la Mejor Película
Extranjera en el 2007, no la había visto
(como sospecho siempre del Óscar no me seducen las películas que llevan esta
estampa), pero recién la acabo de ver y me sorprendió encontrarme con una
película bien lograda, con una estructura dramática sólida, que no permite
adivinar el final, pero al mismo tiempo logra una profundidad en un tema que se
prestaría para el panfleto político, para la diatriba en contra de los
comunistas y de los aún países socialistas.
La película
fue la ópera prima del joven director y guionista Florian Henckel von Donnersmarck
(que hasta el momento tiene dos películas en su filmografía), y nos narra la
historia de un dramaturgo, Georg Dreyman, que es acosado por la policía secreta
de la antigua Republica Democrática Alemana, es decir, la Alemania comunista en
los años ochenta.
El
dramaturgo, sospechoso de ideas subversivas y de acciones en contra de
Alemania, hace que la policía secreta llene su departamento de micrófonos y en
la buhardilla de su edificio instalan una serie de equipos para vigilarlos día
y noche. A la par, su esposa es extorsionada sexualmente por el ministro Hempf,
encargado de la seguridad del Estado.
Los
escritores, amigos del Dreyman, a sabiendas que la policía los vigila, son
cuidadosos hasta de expresarse libremente en sus casas; eligen para sus
conversaciones comprometidas, los parques y los lugares públicos. Pero Dreyman
cree que él es el único que no tiene micrófonos en su casa. Con sus amigos,
hace un experimento para comprobar si la casa está intervenida pero al ver que
no sucede nada, creen que en efecto, es segura.
Comisionado
para su vigilancia han puesto a un hombre denominado simplemente como HGW XX/7.
Éste, duro al principio, poco a poco se va sensibilizando al conocer la vida
del artista ante las injusticias en contra del escritor, y poco a poco se va
poniendo de su parte, al grado que pasa de la simpatía a la intervención alterando
los informes para que no sea acusado de subversión. Y finalmente logra que no
sea descubierta su autoría de un escrito que pone en evidencia un escándalo:
los suicidios en la RDA por la represión política, texto que se publica en la
Alemania Federal.
Cuando
finalmente cae el muro de Berlín en 1989 y con él termina el régimen comunista,
el escritor descubre que él también era víctima de espionaje pero que hubo
alguien que lo protegió y de quien sólo conoce sus siglas de identidad: HGW
XX7/.
Sorprendido
con la bondad de un agente de la peligrosa policía secreta alemana, escribe un
libro que titula Sonata para un hombre
bueno y se lo dedica al agente.
La película
nos logra conmover y emocionar, al mismo tiempo que genera indignación pero
esperanza ante la bondad de este policía secreto que se arriesga protegiendo al escritor e incluso
interviniendo en las mismas escenas y alterando las pruebas.
Esta
película mereció no sólo el Óscar sino que se hizo acreedora a muchos premios
más dentro y fuera de Alemania. Dice el Wikipedia que “Fue estrenada en
Alemania el 23 de marzo de 2006. Fue galardonada con siete premios Deutscher
Filmpreis (Premios del cine alemán) y más de cincuenta premios internacionales,
entre los que destacan el Óscar a la mejor película de habla no inglesa en
2007, el BAFTA a la mejor película de habla no inglesa, el César a la mejor
película extranjera y los Premios del Cine Europeo a la mejor película y al
mejor actor.
Altamente
recomendable, esta película la puede encontrar en los videoclubes de Celaya o
bien en los botaderos de los centros comerciales a un ridículo precio.