viernes, 27 de enero de 2017

LA SEÑORA BIXBI


Me encanta la señora Bixbi. No, no es ninguna dama de por estos rumbos sino un personaje del escritor inglés Roald Dahl, que aparece en uno de sus maravillosos cuentos.
            Roal Dahl es conocido por sus cuentos para niños, particularmente por su novela Charlie y la fábrica de chocolate, que fue llevada al cine en el 2005 por Tim Burton. Pero su literatura para adultos es poco conocida.
            Hace poco descubrí en una centro comercial una antología que recogía sus mejores cuentos para lectores más grandecitos. La portada engaña un poco pues se ve a Dahl mostrándole un pájaro a un niño. Como no conocía este libro lo compré. Los primeros dos cuentos no me parecieron muy atractivos, pero al llegar al tercero, La señora Bixbi y el abrigo del coronel, me dejó deslumbrado: era una verdadera revelación de un escritor ingenioso, con un toque de malicia genial.
            En esta historia contaba las aventuras de una mujer madura que mantiene una relación adúltera con un coronel. Ocho años lleva engañando a su marido una vez al mes. Viaja a ver a una ciudad cercana a su amante pero al marido (un dentista apocado) le ha hecho creer que va a visitar a una vieja tía. El marido cede a este capricho de su esposa pero con la salvedad de que nunca lo lleve, arreglo que conviene plenamente a la señora Bixbi.
            Un día que llega a la estación donde la viene a recoger un asistente del coronel, éste sólo le entrega una enorme caja y se va. Ella corre al baño y allí descubre que le ha regalado un enorme abrigo de visón, sumamente costoso, y en una tarjeta le explica que reciba ese regalo como un gesto de despedida pues no podrá verla más. Ella apenas se entristece pues está encantada con el abrigo. El problema es cómo le explicará a su marido. El coronel, en el mensaje, le dice que diga que es un regalo de navidad de su tía. Pero ella sabe que la pobre jamás podría regalarle algo así.
            Urde un plan: llega a la ciudad y empeña el abrigo, pero exige que en la boleta de empeño no haya más dato que la cantidad prestada: 50 dólares. Llega a su casa y le muestra al marido la papeleta y le dice que se la encontró en el taxi. El marido se pone feliz e insiste en qué el rescatará lo que haya sido empeñado. La señora insiste que la boleta es suya pero el marido gana. Rumbo al trabajo recoge el abrigo y llama a su esposa para que vaya al consultorio para que vea su regalo. Cuando llega el señor Bixie le muestra una estola de piel. Ella se turba pero acepta la prenda con disimulado placer. Por dentro, arde en coraje. Irá con el prestamista a reclamarle. Su marido le explica que esa noche llegará tarde. Ella sale furiosa y se encuentra a la secretaria que camina feliz, casi flotando,  portando su hermosísimo abrigo de visón.
            El cuento es narrado de manera eficaz logrando crear un clima de expectación en el lector y al final, en una línea, remata con golpe emotivo, contundente. Guau. ¡Qué buena historia!, me dije, y ya no paré de leer. Uno tras otro fui devorando sus cuentos, todos ingeniosos, como delicadas joyas, trabajadas con esmero y astucia.
            Es un escritor que cualquier cuentista debiese leer si pretende crear historias que le proporcionen al lector momentos de intenso placer.
     

EL GARABATO: Vicente Leñero

Jeremías Ramírez Hace no sé cuántos años que compré este libro, quizá unos 30. Fue a mediados de los ochenta cuando el FONCA sacó a la venta...