Jeremías Ramírez Vasillas
En México prácticamente nada sabemos de lo que sucede con la
literatura gráfica (como le llaman ahora a los cómics o historietas) aparte de
la que se produce en Estados Unidos, cuyo poderío ha sepultado la que en otros
años aquí florecía.
Las
personas de más de 50 años seguramente pasaron muchas horas leyendo a Chanoc, Los supersabios, Kalimán,
Memín Pinguín, Los burrón, Lágrimas y risas. El santo… y si era medio izquierdoso,
La garrapata, Los supermachos y Los agachados.
Hoy todos ellos venerables cadáveres.
Fenómenos
similares se dieron en diversos países de Latinoamérica, pero en México
desconocemos dichas obras salvo una que otra que lograron trascender sus
fronteras como Mafalda o las tiras
gráficas de Fontanarrosa.
Recién encontré un libro que narra la terrible historia
de uno de los guionistas de historietas más famosos de Argentina: Héctor German
Oesterheld, el cual desconocía completamente. Seguramente los argentinos
mayores de 50 años también gozaron de sus cómics.
Este
artista fue creador de personajes como el Sargento Kirk, Bull Rocket, Ernie
Pike, El Eternauta, Los espectros de Fort Vance, entre otros.
En el 2015 publicó Edgar Adrián Mora, escritor nacido en
el Estado de México con una trayectoria sobresaliente, en Guadalajara, bajo el
sello de Editorial el Paraíso Perdido, con el título de Continuum, una novela sobre Héctor G. Oesterheld.
Es una
novela tiene sólo 84 páginas pero es de una intensidad dramática muy bien
manejada.
De manera
fragmentaria, con saltos en el tiempo, va narrando la tragedia de este gran
artista argentino y de su familia quienes sufrieron el secuestro y desaparición
sus cuatro hijas mujeres Diana, Estela, Beatriz y Mariana, sus tres yernos y
dos de sus cuatro nietos y finalmente el secuestro y desaparición del propio
Héctor Oesterheld durante la última Dictadura Militar Argentina. Su esposa,
Elsa Sánchez de Oesterheld, fue la única que no fue secuestrada, pero tuvo que
padecer el horror y el abandono de su familia durante su larga y penosa vida.
La
narración va mezclando situaciones imaginarias en las que los personajes de
Oesterheld cobran vida, dialogan, aparecen y finalmente hacen una manifestación
exigiendo la aparición de su creador, con situaciones reales, cruentas, terribles,
que padeció el artista y sus hijas.
Recomendable, altamente recomendable.