viernes, 1 de junio de 2012

CRÓNICA DEL COLOQUIO LETRAS DEL PACIFICO 2012

La vida es un constante descubrimiento. Cuando la curiosidad aún sigue viva somos Cristobales de la vida, arribando cada día a nuevos puertos: personas, procesos, fenómenos, historias, lugares, noticias, descubrimientos internos o externos. Si de pronto nos aburrimos es que hemos perdido esa habilidad maravillosa del descubrimiento. Esta circunstancia es aun más intensa cuando viajamos a otro país o alguna región que nunca hemos visitado de nuestra patria. Esa es mi experiencia reciente pues fui invitado, como escritor, al Coloquio Letras del Pacífico 2012 que organiza cada año la Universidad de Nayarit. Acudieron a este evento escritores de Chiapas, Morelos, Guanajuato, Jalisco, Sinaloa y del propio Nayarit. La mayoría eran de Guadalajara. La Universidad de Nayarit me hizo recordar a la UNAM: no tiene muros que cerque el campus, ni puertas controladas por guardias. Es un espacio libre al tránsito y a las ideas. Sus edificios son elegantes y la biblioteca, en cuyo auditorio se celebraría el Coloquio, es una contrucción moderna, limpia, amplia, con buenos sillones y mesitas alrededor de las columnas de acero donde los alumnos se sientan con sus computadoras. El auditorio no es muy grande pero sí cómodo y apropiado para este intercambio de palabras. Las actividades iniciaron a las 9 de la mañana del jueves 24 con un homenaje al recién desaparecido Carlos Fuentes. Se habló particularmente de Aura y de la experiencia como lectores de su obra. Se dijo que de su voluminosa obra, sobresalían La región más transparente (1958), Aura (1961), La muerte de Artemio Cruz (1962). Además se ponderó a Terra Nostra (1975), como una de las novelas más complejas de Fuentes; una obra que a decir de los expositores la escribió para que no fuese leida. Alberto Chimal confirma esta visión. Dice en un texto que publicó al siguiente día de la muerte de Fuentes: “El libro (Terra Nostra) tiene una estructura sumamente compleja, incontables referencias eruditas y una serie de reflexiones literarias, políticas, filosóficas, morales…, además de un estilo más desbordado que nunca en la obra de Fuentes, desde su comienzo opaco”. Enseguida se dio paso a la cátedra Amado Nervo, que se dicta dentro del coloquio e instituída por la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), para conmemorar el aniversario luctuoso del bardo nayarita, acaecida en Montevideo, Uruguay, en 1919. Para esta ocasión se invitó a la escritora Ángeles Mastretta, autora de libros como Arráncame la vida (llevaba al cine en el 2008, con el mismo título, por Roberto Sneider) y Mal de amores. En poco tiempo el auditorio estaba a reventar, y al menos seis cámaras de televisión ya se habían instalado. Dada la abultada concurrencia, se colocaron fuera de la biblioteca sillas y una pantalla. Ángeles Mastretta llegó en medio de un nutrido aplauso. Abrió la cátedra un ensamble de cuerdas integrado por alumnos de la escuela de música de esta Universidad e interpretaron una melodía cuya letra es de un poema de Amado Nervo. Mastreta habló de Amado Nervo, e hizo un paralelismo con Sor Juana Inés de la Cruz; además, leyó algunos relatos suyos y reflexiones sobre el futuro de la mujer en México y el mundo. Interesante y divertida charla que no defraudó a nadie. Por la tarde se instalaron dos mesas de lectura, las primeras del Coloquio, con 12 voces, la mayoría poéticas. Me gustaron aunque particularmente me quedé con María Muñiz, promotora de lectura de Mazatlán, que le escribe un poema lindo a un niño que cada domingo la espera; un niño que pensé era su nieto, pero en una plática con ella en la noche se trata de uno de sus lectores, casi su asistente, que a pesar de su corta edad es su mejor aliado en su complicada labor. Por la noche, en las Instalaciones del Centro Estatal de Culturas Populares e Indígenas (Cecupi) se hizo la presentación del poemario Decantaciones, de la poeta jaliciense Aída Monteón. Los actos literarios presentados al público en Nayarit van siempre precedidos por un pajecillo musical. En esta caso, tres jóvenes que interpretaron música regional en arreglos peculiares. Luego el comentarista, Jorge Correa, hizo una poderación de la obra. La autora, por su parte, recitó una buena sección de su obra, mientras en una pantalla se proyectaban secuencias marinas en video. Poesía y video fueron un viaje lleno de colorido sensorial. El segundo día del coloquio se inicio con la conferencia de Simón Levi Dabbah, un joven empresario mexicano que hace negocios en China y desde cuya plataforma le ha permitido tener una singular visión de los negocios globales y de rol que le toca jugar a este gigante asiático que amenaza con devorar todo. Su conferencia se dedicó a analizar la relación entre oriente y occidente y sobre la peculiaridad de la cultura oriental y la literatura en esta situación. Muchos ven a la literatura como una actividad poco o nada releva te en el mundo de los negocios, pero Levi, a la par de que es empresario y analista económico, es también escritor. Ha publicado dos libros de literatura: Empezó por una letra (2001), de poesía, y la novela NeoNao (2012). El resto de la mañana y una parte de la tarde se instalaron cuatro mesas de lectura y se presentó la revista Herética que se publica en Tepic. A través de este diálogo nos permitió descubrir el rostro verdadero de los participantes. Fuera de las letras, los escritores somos gente común, tan parecidos al señor que vende las verduras o que nos atiende en una oficina pública, o que nos transporta como chofer o nos repara el vehículo o nos ayuda en el pago de los impuesto. Revestidos de palabras sale a relucir nuestra verdadera personalidad. A la luz de las palabras se efectúa una revelación, un descubrimiento, un tierra a la vista. Y es en este nuevo conocimiento que se fundan nuevas amistades, sólidas complicidades artísticas, raíces inquebrantables que sólo el arte sabe dar a quienes le sirven. Dos días bastan para hacer hermandades entrañables. Parecieron que las letras nos dan un fondo donde nos reconocemos en nuestra profunda humandidad. La poesía, los relatos, los análisis van develando el eje central de nuestras preocupaciones y van regalando visiones peculiares del mundo que nos ha tocado vivir. El coloquio llegó a su fin con la presentación del libro de Simón Levi, NeoNoa, una singular novela histórica a través de un español, Miguel de Loarca, personaje ficticio, que se lanza a la aventura para buscar su hombría en América y luego en China, y al mismo tiempo encontrar esa ruta al oriente que España busca para no depender del intermediarismo árabe musulman. El sábado, ya concluido el coloquio, la nostalgia se nos asienta con el desayuno. Ahí vienen los últimos sellos de hermandad. En el camión, de regreso, tecleo esta nostalgia para hacerla participe a ustedes y decirles que en este diálogo entre letras corre un vientecillo de esperanza: México tiene solución; nuestra mejor momento ya viene. A pesar del desprecio de los políticos por los libros, es en ellos, en los libros, en la literatura, en el arte, donde germina un nuevo futuro para México.

EL GARABATO: Vicente Leñero

Jeremías Ramírez Hace no sé cuántos años que compré este libro, quizá unos 30. Fue a mediados de los ochenta cuando el FONCA sacó a la venta...