martes, 23 de marzo de 2010

LOS MANICOMIOS DEL PODER

En 1976 se estrenaba en la ciudad de México (y probablemente en otras ciudades) la película Atrapado sin salida causando estupor a los adolescentes que pudimos colarnos al cine sin que nos sacaran los inspectores. Apenas dábamos crédito (niños aun sin destetar de las fantasías de los Santos Reyes) que pudiera haber lugares donde trataran tan inhumanamente a los enfermos mentales. Película que, en cierta forma, presenta en forma endulcorada la dura realidad de los loquitos en EU, básicamente por la entrañable simpatía de los personajes (que creíamos eran de verdad hasta que los vimos aparecer en otras películas como personas normales) y la fresca insolencia de un Jack Nicholson encarnando a Randle Patrick McMurphy. Este endulcoramiento (sin demeritar la obra estupenda del cineasta polaco Milos Forman) fue evidente al leer el libro que dio origen a la película. Es un libro del escritor Ken Kesey, quién sabía lo que escribía pues fue conejillo de indias en los sesentas en los experimentos que Estados Unidos realizó con drogas alucinógenas, como el LSD, y razón por la cual pasó temporadas en los manicomios.
En 1979 se estrenaba María de mi Corazón, película que abordaba de nuevo el tema de los manicomios, pero en México, espléndidamente dirigida por Jaime Humberto Hermosillo con un guión basado en un cuento de Gabriel García Márquez y actuada por una entrañable María Rojo. Estupenda y dolorosa la película.
Pero de la ficción a la realidad, por cruda que sea la ficción, es un paso en el vacío. La realidad es mil veces más cruda.
Recientemente compré un libro en los botaderos de un centro comercial de Celaya que daba cuenta de una realidad aún más atroz que la novela de Kesey y el cuento de Márquez. En nuestro México, tan sacudido por la violencia, la corrupción es un cáncer que atraviesa las instituciones y hace que las tragedias sean aún más profundas porque se combinan con otras corrupciones.
El libro que da cuenta de este drama se titula “Los manicomio del poder”, escrito en el 2007 por Jaime Avilés, periodista de La Jornada.
El 18 de agosto de 2003, una nota escrita por Avilés en su columna “Desfiladero”, daría por terminada la carrera política del Dr. Guido Belsasso, al poner en evidencia que usaba su posición y puesto (como titular del Consejo Nacional contra las Adicciones) para favorecer inversiones en México, es decir, hacia tráfico de influencias.
Para descubrirlo, Jaime inventó un personaje, Francesco Mosca, y le pidió a un colega italiano que se hiciera pasar por este personaje, interesado en invertir en Cancún para desarrollar un complejo turístico. Belsasso, ambicioso, le responde de inmediato y para iniciar las negociaciones el falso Francesco Mosca manda a su supuesto sobrino, otro compañero periodista italiano. El encuentro definitivo entre el sobrino de Mosca y Belsasso se da en un Sanborns de Paseo de la Reforma. El periodista graba la conversación, prueba fehaciente de la corrupción de Belsasso. La publicación de esta conversación y las pruebas adicionales, entre ellas, una página de Internet donde vendía sus servicios de tráfico de influencias, son suficientemente contundentes para acabar con la carrera de Belsasso.
Cuando los colegas le piden a Aviles que diga como logró esta hazaña periodística, éste decide guardar silencio y responder años después no con una declaración sino con un libro, pues este drama es mucho más complejo.
Todo inicia cuando Avilés se traslada a Monterrey a investigar sobre el quebranto de los derechos humanos en el penal de Topo Chico. En sus largas estancias en la sultana del norte lo lleva a conocer a un singular músico: Antonio Fonseca, quien le cuenta su tragedia personal y le pide ayuda, creyendo que la prensa abre cualquier candado. Sucede que su novia, una hermosa mujer de más de 40 años, viuda, prácticamente si hijos (pues se los quitaron sus familiares) es secuestrada por sus hermanos para “librarla” de una situación pecaminosa: su unión libre con el músico, y es recluida en un centro psiquiátrico donde recibe diversas vejaciones y maltratos físicos y psíquicos. De esta forma, Avilés entra al infierno de la psiquiatría mexicana. Al iniciar su investigación va a dar con Virginia Gonzáles Torres, hermana de Dr. Simi, una singular mujer que libra una batalla por eliminar el inhumano trato de los pacientes mentales en las instituciones de salud. De la mano de Virginia entrará a los hospitales psiquiátricos, los cuales se habían convertido en un botín político y lugar donde la clase pudiente podía lavar su pulcra conciencia despojando a sus familiares “incómodos” de su recurso más valioso: su voluntad. Atrofiados emocional y psíquicamente en tales sitios, se convertían en meros títeres de sus familiares.
El libro culmina contando a detalle cómo se urdió el engaño para hacer caer a Belsasso (responsable en gran medida de la tragedia de los hospitales psiquiátricos, aunque no el único). El libro, a pesar de tener una alta dosis de thriller policiaco, no llega a una culminación dramática satisfactoria. El golpe de Avilés en contra de un oscuro personaje da pie a que se inicien cambios en las instituciones que atienden a los enfermos mentales, pero aun, es muy probable, que no se haya alcanzado ni la mitad de la meta.
El libro es una excelente radiografía a las entrañas de la corrupción en el sector salud, y muestra del cáncer que invade a las instituciones del país y es, al mismo tiempo, explicación lógica de la noche negra de violencia de nuestro país: la corrupción aunada a la impunidad, dos factores responsables de este monstruo de mil cabezas al que no se encuentra la forma de exterminarlo. De antemano sabemos la razón: los políticos son parte de esta corrupción. Al final del libro hay una frase muy esclarecedora: “La violencia psiquiátrica está en la base de los mecanismos represivos de control social que abonan a favor de la gobernabilidad autoritaria. Por fortuna los cambios que se avecinan en México no provendrán de los políticos; de hecho, nunca ha ocurrido así: a ellos les corresponde sistematizarlos, pero es a la gente de a pie, en sus limitadas esferas de acción, la que día a día los construye como respuesta a sus necesidades específicas”.

5 comentarios:

  1. Cómo que lo encontraste en un botadero de un centro comercial de Celaya? Acaso no tuvo la difusión que el tema ameritaría en nuestro país?

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  2. Pues No no fue muy difundido el libro hay muchos poderosos a quiénes les "pisaron los cayos", acá en Mty se retiraron los ejemplares de las librerías Muy pocos vimos el libro, aún menos lo leyeron.

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  3. Hace mucho que no abría mi blog y por lo tanto no había leído estos comentarios. Una disculpa por no contestarlos. Gracias por dejar huella de que alguien alguna vez leyó este texto. Saludos.

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  4. Uhh pues yo tengo la suerte de tenerlo en mi coleccion, es una joya, muchas veces recorri donde Avilés, incluso busque la mencionada cafeteria-restaurant-bar, asi como tambien llegue al punto donde se dice, estuvo encerrada la joven. Creo despues de leer que fue escasa su difusion, creo tengo una joya en mi poder.

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